Marcelo busca acomodo en España y su futuro podría estar muy cerca de Madrid. Getafe, Rayo y Valladolid se han interesado por el futbolista brasileño que el pasado lunes se despidió del Real Madrid siendo el conjunto vallisoletano el principal candidato para hacerse con los servicios del lateral. También hay interés de equipos extranjeros y el futbolista no tendrá prisa en tomar una decisión que quiere meditar bien.
Marcelo vivió este lunes una emocionante despedida del Real Madrid y no pudo contener las lágrimas al despedirse del club al que llegó siendo prácticamente un niño y en el que ha crecido hasta convertirse en leyenda. El lateral brasileño es el futbolista con más títulos en la historia del club blanco y a partir del 30 de junio se desvinculará con la entidad de Concha Espina.
Se abre un nuevo futuro para Marcelo, que se encuentra muy bien en España y, sobre todo, en la capital. Es por ello que al brasileño le gustaría quedarse en el país y ya han comenzado a llegarle varias proposiciones de equipos de la Liga Santander. Rayo y Getafe se han interesado en él y eso le permitiría no moverse de Madrid, pero también ha recibido la llamada de un mito para los brasileños como es Ronaldo para intentar reclutarle para el Real Valladolid.
Cerca de la familia
Lo ideal para Marcelo sería seguir en España para no romper con la estabilidad familiar. El lateral, que llegó a Madrid en invierno de 2006, está vinculado emocionalmente a la ciudad y a esto hay que añadir que su hijo Enzo milita en la cantera del Real Madrid, en concreto en el Infantil ‘B’, donde se ha convertido en uno de los hombres más prometedores de La Fábrica.
Por ello, lo ideal para Marcelo sería seguir viendo las evoluciones de su hijo desde un sitio cercano. Un día después de decir adiós al Real Madrid, la opción que cobra más fuerza para el lateral es el Valladolid de su amigo Ronaldo. La gran incógnita está en saber si los equipos de la Liga que han preguntado por Marcelo podrán cumplir con las pretensiones económicas del jugador. Parece que sí, con 34 años y con un legado hecho, parece primar más lo familiar que lo económico.
